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SOBRE LA MARCHA: Y llenarás las ondas de ruido

La radio soltaba sus notas musicales dando entrada a las noticias de las nueve de la noche en clara competición con la sintonía de la televisión que anunciaba exactamente lo mismo a la misma hora. Confundiéndose las dos sintonías y haciendo un esfuerzo de imaginación, casi se entrelazaban las dos músicas como si una, fuera consecuencia de la otra. Como una variación sobre el mismo tema, sin saber cuál de las dos era la raíz y cual la rama. Cuál el original y cuál la copia. En casa siempre se ha tenido la televisión en el salón, ocupando el mejor sitio de la casa y encendida. Cuando hablo de mi casa me refiero a la casa de mis padres porque la que comparto con el hombre que se dice mi marido, esa, no la considero ni mi casa ni nada mío. Aunque, bien es verdad, tampoco quiero que se la quede toda…En fin desde que la primera persona, hijo, hija o marido, entra en casa y antes de quitarse nada, se busca desesperadamente el mando de la televisión y ya no se suelta. Es un ritual. Una vez en

SOBRE LA MARCHA: Casi el sueño perfecto

Cruza las piernas una y otra vez con movimientos compulsivos. Se muestra nerviosa aunque seguramente no lo está. Tan solo es una pose. En un primer momento él, que está sentado justo enfrente de ella, mira su movimiento rápido, justo, preciso, casi certero como el de un ave a punto de ejecutar una presa, pero pronto decide seguir con la mirada perdida en los dibujos que desde hace un rato le está regalando el suelo. Otro cambio rápido de piernas como llamando su atención, advirtiéndole, como te despistes te lo pierdes, Que se fije, se tiene que fijar. Así, despacio y cada vez un poco más. Que se concentre para ver en directo lo que tantos y tantos hombres vieron o más bien intuyeron, en el cine y que el moreno de enfrente como siga así se lo va a perder y eso que se lo voy a servir en bandeja de plata, en vivo y en directo. ¡Ah! y sin más aliño que la propia piel tal y como deben hacerse estas cosas…No me cabe duda de que se trata de un imbécil integral, no se entera de nada por más c

SOBRE LAMARCHA: En Guadix con el tatarabuelo

Enseguida, en cuanto llegó y puso los pies en el suelo de lo que hubiera podido ser su tierra natal y de lo que había sido la tierra de sus antepasados, exhaló un suspiro de alivio como si durante todo el camino desde Madrid hubiera aguantado la respiración. Respiró tres veces tomando fuertes, excesivas, bocanadas de aire lugareño, volvió a exhalar por tres veces y una vez hecha esta operación dio un gran grito de júbilo con los puños apretados mirando al cielo. A muchos paseantes les hizo girar sus cabezas y a los que estaban más cercanos, un respingo de susto. Todo su cuerpo quedó impregnado de ancestros como si hubieran venido a darle la bienvenida y de paso, alguna que otra reprimenda cariñosa por su tardanza en visitarlos. Sintió ganas, una vez que quedó libre de las bolsas de viaje, limpio de sudor con una buena ducha y lleno el buche con las primeras viandas lugareñas en el primer bar que se encontró justo en la misma plaza dónde se hospedaba, de visitar los sitios que había le

SOBRE LA MARCHA: No siempre es lo que parece

Me aburro soberanamente: Me aburro de ver, de oír, de sentir, de ir y de volver, todo tan rutinario, todo tan marcado. No sé cómo la gente de mí alrededor no lo ve, o no lo oye, o no lo siente. Sencillamente no se cansan de la vida que llevan o es que lo llevan con tanta dignidad que no soy capaz de darme cuenta. Pero a mí me parece que es como que la historia no va con ellos. De una cosa estoy convencido y es que debe de haber gente como yo, que siente lo que yo siento, que sufre por las cosas que yo sufro y que aguanta lo que yo aguanto a diario. En todo caso no puedo creer que se esté completamente solo en este mundo. Así que, amigo, que sientes lo que yo siento y que no puedes quedarte impasible, dime algo, hazme una señal, muéstrate como amigo y échame una mano. Hace años que nos atacan con tanques y nosotros les respondemos con piedras. Hace años que utilizan armas que no he visto jamás pero que he visto su capacidad de destrucción. Esas armas que alguien ha diseñado y alguien h

SOBRE LA MARCHA: Y yo sin desayunar...

De la misma manera que Nadal coloca las botellas en el campo, el personaje coloca los tres bolígrafos, uno de cada color, en fila, sin perder ni la verticalidad y la horizontalidad. Siempre con su capuchón en la punta, los que descansan sobre la mesa y con el capuchón en la trasera el que trabaja. Este se ve profundamente atenazado por todos los dedos que quedan casi blancos, sin sangre, de lo que aprieta y esa fuerza se ve claramente reflejada en el papel que casi se ve taladrado. La tinta de cada bolígrafo demuestra que al interfecto le gusta más escribir en azul que en negro. Las notas tomadas en rojo, tienen más importancia, que las que van escritas en azul. Las que van escritas en negro tienen algo más de importancia que las escritas en azul pero bastante menos que las que lo hacen en rojo. Las notas en azul subrayadas en negro son menos importantes que las que se subrayan en rojo. Y así sucesivamente. Es decir y por deducción lógica la máxima expresión en cuanto a importancia es

SOBRE LA MARCHA: El cajón de los papeles perdidos

Se quedó atascada. Siempre, en su ya dilatada vida, le había pasado esto mismo. El ímpetu de unos días contrastaba con los siguientes de absoluta indolencia. No había larga continuidad. Nunca la hubo y eso fue su gran fracaso. Esa cabeza que estando al cien por cien podía dar mucho de sí, se quedaba como seca, como sin ideas, en cuanto se retorcía por lo más nimio. Siempre fui de la opinión que más que quedarse sin ideas conseguía, no sé cómo demonios lo hacía, aletargarlas en alguna parte de su cerebro y allí permanecían hasta el siguiente brote impetuoso, o lo que la familia creía que era lo aparentemente lúcido. Esas ideas tan brillantes salían de su letargo a borbotones y hacía sorprender a propios y extraños. Una y mil veces era lo mismo, durante muchos años de su dilatada vida. Obras inacabadas por sus lagunas, obras inabarcables por su desmesura, obras que dormían semanas o meses enteros el sueño de los justos en el cajón de sus papeles perdidos que era su cabeza. Se daba cuent

SOBRE LA MARCHA: El aparato

El no lo sabe pero tu único pensamiento está en la compra que vas hacer mañana, ya está todo decidido. También sabes que a posteriori, como siempre te pasa, te llenarás de remordimientos, te arrepentirás por el pecado cometido pero como afortunadamente, dios lo perdona todo, quedarás limpia de todo mal y tu pesar será más liviano y encima tendrás la compra hecha. Aunque dentro de tu ser sabes que es una bobada que no significa nada, pero hay un algo que te reconcome. Sabes que el daño lo harás y que quién la hace la paga. Pero por otro lado piensas que la cosa no es tan grave. Tienes ganas de comprarte el artilugio y probarlo y si es verdad lo que se dice, aliviarte. Si consigues la misma marca y el mismo modelo de aparato que te dijo tu amiga Conchita pues te pasará lo que a ella que no se separa de él y que lo utilizarás cuando quieras sin tener que dar ningún tipo de explicaciones a nadie. Y que una vez que te relajas y le coges el gustito te lo llevas a todas partes, aunque, eso s

SOBRE LA MARCHA: Tía Eusebia

El run run de todos los días. El mismo soniquete en su timbre de voz estridente. Llena de decibelios casi inaguantable para el oído humano. Agudos, muy agudos, extremadamente agudos, en su cuello fino, largo y blanco, como agujas de apunturar arrojadas por manos infantiles sin orden ni concierto a cualquiera de los viandantes que pasan por la calle. Frases sin sentido de pensamientos un tanto demenciados abordados con una cara frenética. Personas que no quieren pasar por la acera y cruzan peligrosamente jugándose el tipo. Ella, la niña pequeña, se altera y ríe y se le atipla más la voz. Y cuanto más ríe más se altera, y cuanto más se altera más risa le da y no puede parar. Podría romper el vidrio de los escaparates. Sabe que da miedo o que por lo menos asusta. Pero es inofensiva y la mayoría de las personas son del barrio de toda la vida y la conocen bien. Casi la protegen y la arropan cuando alguien no conocido se enfrenta a ella o maldice y amenaza con llamar a la autoridad. Ella, l

SOBRE LA MARCHA: El disolvente

Acomodándose en su sofá, con la respiración aún descontrolada, el mando de la tele pulsado con el dedo gordo dejando pasar los programas rápidamente, sin pensar en los porrazos que ha tenido que repartir para que se fueran de una puta vez. Para que se disolvieran y dejaran de dar por saco. Nunca había tenido que disolver una manifestación de mujeres ¡joder! pero la técnica había sido la misma. Todo se aplicaba como decía el reglamento con independencia de quién fuera el receptor. Palabra que empleaba con cierta frecuencia porque le hacía cierta gracia por su semejanza a la palabra que utilizaba su abuela cuando se refería a la radio. Igual algún compañero suyo pensó como él, que todo iba a ser de distinta manera. Un poco más chillonas, eso sí, pero con el casco no se oye demasiado los gritos. Por lo demás exactamente igual. En plena contienda a cada golpe deseaba que se fueran a su casa cuanto antes y que dejaran de gritar y de armar la algarabía que tanto le importunaba y que era la

SOBRE LA MARCHA: Pis

Se despierta sobresaltada con la vejiga llena, a punto de estallar o esa es la sensación que tiene, pero decide cerrar los ojos y tratar de encontrar el sueño perdido en segundos. Conforme van pasando esos segundos empieza a sentirlo irrecuperable. Pero lo intenta. Pasa un tiempo tal vez exagerado en su cerebro somnoliento y comprueba abriendo un ojo que no ha sido para tanto. O sí. No recuerda bien desde cuando lleva despierta, le parece un siglo pero el reloj no engaña, tan solo treinta minutos desde el desvelo hasta ahora mismo, también desde este mismo segundo lo puede considerar insomnio. Lo cierto es que no le interesa ni la noche, ni el sueño, ni Cristo que lo fundó, solo quiere levantarse y echar el líquido que le oprime. Pero hace demasiado frío como para levantarse. Hace demasiado frío en esa casa sin calefacción, desde que se estropeó la caldera y el técnico recomendó cambiarla. El cabronazo del casero siempre anduvo dando largas pero cuando parecía que se decidía por fin,

SOBRE LA MARCHA: El atasco

Me revienta estar parado en un atasco durante un tiempo indeterminado. Haciendo nada. A veces escuchando la radio. Cambiando de emisora por si alguna cuenta lo que está pasando en esta carretera. Ninguna. Cambiando de dial: de música inaudible a noticias inaudibles, de chistosos por obligación a eruditos de cualquiera de los temas que surjan. Apago y pienso en la jornada que queda hasta llegar por la tarde, más bien noche, a casa. Descarto que esto sea una mala premonición del día que me espera. Confío en que la mañana y la tarde no tengan nada que ver con atascos de oficina, atascos de reuniones, atasco de papeles, atracones de comidas de trabajo…Por hoy, aunque solo sea por hoy, el único atasco que sufriré será este, no me apetece ningún otro. Ese pensamiento me anima. Me pregunto, cuando soy consciente del hecho, para qué tengo agarrado el volante con las dos manos si ya hace un buen rato que no nos movemos del sitio. Miro a mi alrededor y la verdad es que se ve un poco de todo, pe

SOBRE LA MARCHA: La Pota

Le salían por su boca trocitos desmenuzados del alimento ingerido pocas horas antes, a bocanadas y con gran esfuerzo: Nunca había sido fácil para él potar o por lo menos no tanto como a la gente de su alrededor que según decían lo hacían con una facilidad admirable, sin ningún esfuerzo y de tirón. Por el contrario él tenía la sensación de que se le iba a dar la vuelta al estómago, que los ojos se le iban a salir de las órbitas con cada andanada y que las lágrimas fluían como no recordaba, ni de pequeño. Además en el momento más álgido tenía la sensación de asfixiarse de tan seguido que le llegaban, como oleadas descompensadas sin ritmo. Una arcada y la siguiente y la siguiente y la siguiente. ¿Cuándo se respira en esta circunstancia si no te da tiempo? y golpeaba el suelo con los pies descalzos para sentir otra cosa que no fuera el asqueroso ruido saliendo de su boca abierta y estrellarse indiscriminadamente contra cualquier cosa, pero sobre todo para avisar a sus pulmones que debían

SOBRE LA MARCHA: Broncabroncanes

Broncabroncabroncabroncabroncabronca/nes ahí están los disputados senadores peleándose como muchachotes en el cole. Aporreando las mesas, pataleando como niños enrabietados. Les dejaba un ratito con el hermano Rafael o en su defecto con el hermano Eduardo preceptos de disciplina. Iban a saber lo que es un castigo por mal educados y por su mal comportamiento. Ellos, mis hermanos, así se les llamaba, tan disciplinados con esas cabezas tan bien puestas en el único pensamiento posible por aquella época: El Señor que todo lo ve y la virgen María madre de todos. Con sus buenas costumbres, las buenas formas, la limpieza, no chillar, no hablar más de lo que sabes y te corresponde...Todo echado a perder. De nada les ha valido la educación que muchos de ellos han tenido. ¿Y ellas? Pues lo mismo: En buenos colegios de monjas, educándose de la misma manera y ¿para qué?. Hermanados todos, asistiendo a misa de doce los domingos y confesando y comulgando y ahí están ellas luchando por sus machotes y

SOBRE LA MARCHA: Acción - Reacción

Al final y después de tantas y tantas quejas por mi parte, han conseguido lo que querían: Hacerme chaleco cuando yo iba para jersey. Sí como lo oyen, no se rían ni pongan cara extraña. Además sé quien ha sido la causante de mi desdicha: Una camisa. La frívola y asquerosa camisa de un color rosa brillante que seguramente iba destinada a cubrir el torso de un marqués o de un conde o algo así porque si no, no me explico el alto grado de protección que tenía. Era su jactancia, su pavoneo su desmedida hacia los demás. Estoy convencido que ha sido ella la que me ha hundido en la miseria. Impertinente, soberbia y además chivata…Os cuento…La idea era que yo iba a ser un bonito jersey de algodón, me estaban confeccionando unas manos suaves y delicadas, pero cuando apareció la odiosa camisa, flamante ella, con su cuello bien pequeño y dos ojales diminutos para que cupieran en sus diminutos botones de terciopelo rosa un poco más oscuros. No, no tengo nada contra ese color pero al ponerla al lado

SOBRE LA MARCHA: Debería de estar prohibido y más…

Debería de estar prohibida la desidia por el tiempo que te quita de vida. Las series americanas con las risas enlatadas, porque sencillamente son ajenas a toda lógica: Una risa dirigida es lo más absurdo de este mundo mi risa es lo más libre que tengo y es lo que más me libera y me distingue del semejante. La risa nos une pero no nos apelmaza, nos hace cómplices pero cada uno a su manera. La risa identifica a las personas en mi mundo, las huellas dactilares a la policía. Una sonrisa ilumina el rostro. Una risa libera el cuerpo oprimido y castigado y te aleja de lo cotidiano, te hace más humano. Los tintes de pelo por lo mal que queda cuando va creciendo. Las lentillas de colores porque dejas de ser la persona con tus propios ojos para convertirte en alguien que no eres y además porque no se debe engañar a nadie de esa manera. Los coches tan caros y los que pueden correr a tope, porque llenas de envidia a los demás, solo valen para correr en circuitos cerrados y no vale

SOBRE LA MARCHA: Por hablar cuando no se debe a quién no se debe

Correspondió a su intensa mirada con una gran sonrisa. Era la primera vez que una mujer le obsequiaba con una enorme gracia llena de pulidos dientes blancos y grandes. Nunca había sido fácil para él el sexo femenino y ahora a punto de cumplir los cuarenta y demasiados, como decía a todo aquél que le preguntaba su edad, sentía dentro de sí como que algo se estaba acabando y su preocupación era, que lo hacía a pasos agigantados. Era el momento de hacer el último esfuerzo para conseguir conquistar a una mujer, para que lo que le quedara de vida la pudiera compartir con alguien, y no como hasta ahora. Durante unos cuantos meses se dedicó a recopilar información, a leer libros de autoayuda y lo que él llamaba libros de experiencias ajenas: tardó en confesarlo y cuando se decidió, lo hizo a quien no debía. Lo de experiencias ajenas no era más que un eufemismo: libros de amor, novelas de amor, cantidad de acepciones para decir lo mismo, eso sí siempre o en su mayoría de grandes autoras. Siem

SOBRE LA MARCHA: Desistiré

Desistiré de aparentar lo que no soy y lo que a la postre nunca he sido, por mucho que me haya esforzado en lo contrario. Desistiré de querer alcanzar lo imposible, de ponerme cotas demasiado altas para no frustrarme permanentemente. Procuraré relajarme y trataré de hacerme la vida más cómoda. Quise tocar lo difícil sin darme cuenta que lo fácil estaba más a mi alcance y que lo disfrutaría más y mejor. O por lo menos más veces. Aunque dicen que conseguir o tan solo tocar lo difícil, es más sublime. Atrapado por la gente de mi alrededor, alentado a veces, denostado otras, me enajené y me dejé seducir por el oropel del éxito posible: ahora sé la imposibilidad del caso. Como también sé muchas más cosas que cuando la sangre fluía de manera alocada por todos lo tubitos venosos del cuerpo y escupía al corazón pelotazos de rica sangre juvenil con mucha adrenalina montada. Ahora sé más…sé más de las personas que solo jalean a los demás para que sean los que den la cara por ellos: La cobardía

SOBRE LA MARCHA: Haz de tu vida un tiempo perdido

Tienes el sillón tronchado del tiempo que pasas en él. Horas y horas sin hacer nada de provecho, solo descansando, y me pregunto de qué estarás cansado. Y como si ya no te quedara nada por hacer, como si ya lo hubieras hecho todo, como si ya hubiera acabado tu vida y estuvieras esperando la muerte, me miras con aire de incomprensión: todo lo que te digo te parece de marciano. Y me tengo que ir ante tu pasividad. No lo entiendes pero me descompongo cuando te veo tirado, con las piernas bien abiertas y el dedo en la nariz o directamente en los mismísimos, sobándotelos bien, entonces me dan ganas de darte un buen ostión pero solamente te hago el comentario jocoso “se te van a quedar como pasas” Claro de la misma manera que me dices cuando te regaño eso de “mira paso de todo lo que me digas” y entonces protesto airada, “que pasas, pero de que puedes pasar tú, de qué puedes pasar”. Y te lo sigo diciendo y te lo repetiré una y mil veces como si fuera un rezo repetitivo, una letanía, aunque

SOBRE LA MARCHA: Un día cualquiera

Onésimo salió de su casa aparentemente tranquilo. Parecía un día cualquiera de oficina, café con los compañeros, unas cuantas risas, otras cuantas riñas, alguna insolencia de algún recién ascendido y, cómo no, alguna humillación incongruente del jefe. En tantos años de mismo trabajo, en tantos años de sentarse en la misma silla y utilizando los mismos o al menos parecidos artículos de oficina nunca había sentido la amargura de la pérdida de tiempo. Cuántos años era los que tenía, cuántos eran los que le quedaban por delante y cuántos para el dorado jubileo. Cuántos de ellos los había perdido abandonado a la desidia….cuando salió de casa parecía un día normal pero algo dentro de sí había cambiado. No iba a permitir más el insulto, la humillación, los malos humores y los malos tratos del jefe. Que no hubiera culminado con su mujer, las noches que a las mañanas siguientes venía con ganas de organizar algún tinglado con cualquiera que se le pusiera por delante sin motivos aparentes o busc

SOBRE LA MARCHA: Oremus

Ceniza a la ceniza, polvo al polvo. Las cenizas al cenicero y los polvos a la polvera. Curas que decís estas cosas. Curas que encendéis los polvos. Que confundís unos polvos con otros. Que mezcláis, que picáis, que saboreáis, que lo usáis como hombres de carne y hueso que sois. Hombres que decís no ser. Hombres que decís lo que no se debe hacer y hacéis lo que no se puede decir. Que vuestra santa voluntad es santa porque sois curas, así lo bendecís. Curas que hacéis lo que os la gana. Que guardáis para vosotros las cosas ricas de la vida porque por la lógica que estudiáis bien sabéis que aquí se acaba todo. Que la vida eterna no existe. Que la vida es tan efímera que os da miedo perderla como a cada quisqui, y que por esta razón y no por ninguna otra se debe de vivir a tope o por lo menos lo máximo que se pueda y se sepa. Que es demasiado vulgar hacer lo que hace el vulgo, que es más fácil decir todo lo que hay y no hay que hacer, pero a los demás. Que lo vuestro sí que es una profesi

SOBRE LA MARCHA: Casi el sueño eterno

Mantengo en todo el cuerpo el olor a fritanga de ese condenado bareto en el que, nada más entrar, me ha tirado un poco para atrás su denso olor. Pero por consejo de un compañero de trabajo que me lo recomendó vehementemente como uno de los mejores garitos para picotear y teniendo en cuenta que este personaje se jacta hasta la saciedad de conocerse casi todo el espectro hostelero de Madrid ciudad y alrededores: he ido. Fuimos. Al entrar no me me di la vuelta, ganando la calle para poder respirar a algo más que a humo de tabaco y a frituras varias, de milagro. Aguanté el tirón del deseo y el del brazo de Sandra que con su fina pituitaria le dio una sonora arcada, mal llamado en nuestro argot oficinero, arcahón. Su entrecejo arrugado pegando las dos espesas cejas, que es uno de mis fetiches, una a la otra y esa mirada inquisitorial, no dejó lugar a dudas de que esa podía haber sido una noche de velas y polvos y que con toda seguridad se iba a convertir en un combate de grasa y anti grasa

SOBRE LA MARCHA: Dejé de querer

Durante toda mi vida había escuchado a mis mayores decir que llegando a una cierta edad era raro encontrarse bien más de dos días seguidos. Que el tiempo además de agotarse para cada uno, agotaba por su cadencia cansina y machacona. Y que había que cuidar y darse cuenta de cada segundo que pasaba. Cada día es único como también son únicos las cosas que te pasan, lo bueno y lo malo, lo agradable y lo desagradable. Todo se agota, nada es eterno, por eso ni lo bueno puede ser tan bueno, ni lo malo tan malo. Diciéndome estas cosas, en la cama del hospital tratando de que no enloqueciera por lo que ella sabía y yo trataba de no enterarme para protegerme de lo inevitable: ella tan entera y yo tan vulnerable. Y entonces tu mano cogía la mía como queriendo, a través de la piel insuflarme razón, tranquilidad y algo más de la vida que se te iba escapando del cuerpo: desvanecido el aliento, secos lo labios y en los ojos las últimas lágrimas. Yo te hubiera dado gustoso la mitad de la vida que a m

SOBRE LA MARCHA: Delibes

Murió dejándose por el camino muchos años vividos y una obra extensa. Murió viejo y enfermo como debe de morir uno. Murió lleno de palabras, lleno de frases, plena su cabeza de imágenes, de historias castellanas. Hojas de un libro no escrito, páginas pasadas llenas y páginas futuras no escritas por los siglos de los siglos. Trazando el camino a los futuros para que sean ellos los que sigan tintando hojas. Se cansó de escribir y decidió partir para descansar como tantos otros. Se cansó de ser y de estar. Y provocó que se lo llevara cualquier cosa, una enfermedad, el olvido de respirar, el cansancio propio y ajeno. Se lo llevó una palabra entrecortada, un artículo mal articulado, un adverbio equívoco, un sustantivo esquivo, un adjetivo contradictorio, una exclamación o tal vez un gerundio con poca enjundia. O se dejó llevar o acompañar por los ladridos de los perros a la caza de una pieza, persiguiendo señoritos hasta colgarlos de un árbol, engatusando a politicastros para que engatusen

SOBRE LA MARCHA: El frenazo

Cada frenazo del metro los pocos viajeros que hay en cada vagón son desplazados violentamente. Las miradas se cruzan interrogantes pero nadie dice nada. Solo se espera. Otro acelerón seguido de otro frenazo. Parece como si los mandos los hubiera cogido el hijo del conductor con su pequeño culo medio apoyado en los muslos de su padre agarrado como un poseso a los mandos del tren: criaturita vibrante, excitada, exultante de alegría: Padre orgulloso profiriendo carcajadas por las monerías del niño. ¡Y es que Carlitos tiene unas cosas que para qué! Y el tal Carlitos tronchándose igualmente de risa y encantado con el trabajo de papá que más que un trabajo siente que su padre está jugando entre raíles, vagones, luces de colores, largos túneles y viajeros de verdad, con trenes que se cruzan unos con otros, en un parque de atracciones de mayores. Se respiran momentos de pánico que salen en forma de alaridos de las bocas de las personas más sensibles otros igual de asustados tratan de guardar

DEL CUADERNO DE NOTAS

3 de Noviembre del 89 De momento y sin que a lo mejor sirva de precedente le estoy echando fuerza de voluntad al asunto y aquí estoy todos los días luchando, gozando, trabajando en el solitario oficio de escribir. Quiero escribir. No quiero dejar de hacerlo. Solo quiero trabajar en lo que yo considero como el trabajo más importante...Algo parecido debí pensar cuando contaba con quince años de edad y escribí un relato que me supuso la pérdida automática del curso y la expulsión voluntaria del colegio y de los estudios y me dedicaron al trabajo como la única alternativa a los estudios y como lo que era, como un castigo. Un castigo que recibí, gustoso, porque el colegio y su trajín de estudios y de salir tarde por las tardes y vuelta a casa a preparar las lecciones del día siguiente no me iba nada bien. No me dejaba margen para dedicarme a lo que para mí, en esos momentos de enfermo adolescente, donde te juegas el futuro sin saberlo, lo más importante que podía hacer era escribir. En f

SOBRE LA MARCHA: La cosa

La llave entró en la cerradura y giró sin dificultad. Si no era esa mi llave, entonces había bombines iguales que se podían abrir con llaves distintas. Del mismo modo se debe suponer que encontrándome tan perjudicado por la ingestión excesiva de alcohol no me di cuenta de nada. A la mañana siguiente intentando aliviar los efectos tan agresivos de la noche anterior y tumbado en el sillón, me llamó la atención el llavero que colgaba de la llave que estaba puesta en la cerradura de la puerta de mi casa. No era mi llavero. En mi vida había tenido un llavero igual que ese. Era una especie de cabeza grande de conejo o de oveja. Grande y pomposo. Blanco-sobado. Me acerqué a la puerta para constatar o para cerciorarme que aquello no era producto de mi imaginación ahogada por el güisqui. Era. Era oveja, grande, pomposa, blanca y sobada. Me dirigí a la habitación y a pesar de no ver ningún bulto aparente tiré de las sábanas hacia fuera de la cama a ver si la dueña de aquél espantoso objeto esta

SOBRE LA MARCHA: Noche mágica

Son las cinco y media de la madrugada del día de Reyes y no consigo conciliar el sueño. Algo me lo ha perturbado: un sueño, un mal sueño...Salgo pitando con el coche hacia un pueblo cercano en busca de mi hija que entre sollozos me llama al móvil diciéndome que le han robado su coche: las dos de la mañana. En el cuartel de la policía local nos indican que ha sido retirado por la grúa para dejar paso a la caravana de Reyes Magos. Que si fue debidamente anunciado con cartelería al efecto, que si hay que leer los carteles que se ponen. Y que de ahora en adelante las farolas de ese ayuntamiento no solo sirven para alumbrar sino que hay que leer los bandos del ayuntamiento y las prohibiciones de la policía local: la farola del aparcamiento de una estación de autobuses que normalmente se va con el tiempo suficiente como para leer, charlar y tomarse un café mientras que llega el autobús...que si queremos retirar el coche hay que abonar la tasa de retirada de la grúa y la multa correspondient

SOBRE LA MARCHA: El listo más tonto

El que te cree más tonto de lo que eres es porque se cree más listo de lo que es...Lo tenía que decir. Hay un tipo en el trabajo que, en cada sitio seguro que hay un tipo igual o parecido, no solo se cree más listo que nadie si no que lo proclama en cuanto puede. Es el más listo de su especie laboral y además su listeza le llava a estar por encima del bien y del mal. Su ámplia gama de hechos despectivos para con los demás demuestra su versalitidad como cabrón, como hacedor de daños morales, fué, en su momento, el jefe de los cabrones pero en la actualidad no tiene mando en tropa...permanece agazapado, al acecho, espectante. Es un espanto verle por los pasillos lentamente arrastrando los pies, con las manos metidas en los bolsillos mirando con aire de suficiencia a un lado y a otro, provocador. Apucherando los labios como queriendo dar besos a todos los que menosprecia, lentamente con una cadencia cansina entre paso y paso. No teniendo ninguna prisa. La mayoría piensa, que no dice, que

SOBRE LA MARCHA: De lluvia nada

Y decían que iba a llover. Nada más lejos de la realidad. hace un sol de alucinar para las fechas en las que estamos. Y dicen que cada vez son más fiables las predicciones. Será verdad, no seré yo quién lo discuta, pero hoy desde luego se han lucido. Salgo forrado de casa para combatir ese frío intenso que iba a dejar vacío de viandantes Madrid y tengo el sol radiante pegándome en toda la cara y me tengo que desprender de gorro, bufanda, guantes y porque es exagerado quitármelo todo. El autobús lo sustituiré por una caminata hasta el trabajo como si fuera primavera. Y no me tomo una cerveza porque no es la hora pero como siga haciendo esta temperatura a la salida del curro me la tomo en una terraza, que alguna habrá. La gente no pierde ripio y si ve que hay clientes que demandan silla a la intemperie pues se les da silla y mesa a la solana del invierno. A gusto del consumidor. Y una cerveza con la jarra helada como a cuarenta grados. -Pero Manolo no necesitas nevera para tener las ja

Del cuaderno de notas

5 de Noviembre del 89 En esta vida siempre se necesita buscar sustitutos para no sentirse desamparado. Pero la vida en sí misma no tiene sustituto. Se vale ella sola para hacer la gran puñeta o arreglarte todos los problemas que puedas tener. No sabes nunca por donde te va a venir el mal o el bien. Puedes intentar obligar un poco tentando a la suerte, luego la espera... Una espera larga y cuidada con meticulosidad como quien está cuidando el sueño de un niño. Quién puede esperar algo de la vida sin darle nada a cambio. Sin darle un poco, solo un poco de sufrimiento. Lo mismo a veces con ese poco se conforma la vida y echa una mano. Otras veces, las más, no hace ni caso, como si todo lo que dijeras o hicieras se fuera por el sumidero del lavabo: esfuerzo baldío. Y se te ocurre engañar haciendo cosas que nunca hiciste y que nunca harías en condiciones digamos normales, como si fuera fácil ocultarle algo a la vida y te engañas a ti mismo y haces como si hubieras conseguido no compartir

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