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Mostrando entradas de julio, 2014

SOBRE LA MARCHA: Presente de indicativo contra futuro imperfecto (Serie Metro)

           Ahí estaban las dos sentadas. Con la actitud paciente de todos los viajeros que un día tras otro cogen el metro para dirigirse del trabajo a casa y de casa al trabajo, a estas horas, en este Madrid cada vez más difícil de vivir, cada vez más complicado para moverte en los transportes colectivos subrepticiamente mal gestionados. Tal vez preocupados sus laboriosos gestores, en mirar otras cosas, lo de sus cuentas, lo de sus ahorros. Potenciando la desaparición de lo público en favor de lo privado. De sus cosillas digamos: Despedir, contratar empresas de mantenimiento que a su vez subcontratarán, y diluyéndose lo que funcionaba en una apatía, en una herida abierta para que entren los gérmenes. ¿Limpieza? no mucha, ¿Seguridad? mucha, inspecciones al viajero cada vez  más frecuentes para que no se les cuele nadie y sin embargo nadie parece preocuparse de que sus instalaciones funcionen. Y el ejemplo más sufrido es de las escaleras mecánicas que cada vez se averían más a menudo

SOBRE LA MARCHA: En pago de prenda, besé al abuelo

          Tan solo Levanté la vista un momento y vi a ese hombre sentado en la terraza de su casa leyendo un libro apaciblemente. Ella aparece y le besa en los labios. Tal vez un beso más largo de lo habitual en la despedida de me voy a la cama y hasta mañana. Por eso tal vez me quedé observando esa terraza de la casa frente a la mía, en el tercer piso o mejor dicho, en el segundo balcón desde el suelo de la calle. Ella se da la vuelta y desaparece del escenario y él se queda mirándola y pensando que lo que va quedando de su bonito cuerpo es el producto del paso de la vida. Ella todavía se conserva bien, pero él está bastante peor que casi no se puede ni mover. Donde cae se apalanca y no se menea, o lo tiene que pensar mucho, por eso siempre antes de sentarse revisa que no se tenga que volver a levantar en un largo rato. Por lo menos la necesidad de ese momento y bien meado...Piensa que su libido la tiene por los suelos y que necesitaría una buena inyección de hormonas o directamente

SOBRE LA MARCHA: Domingo maldito domingo

                I Los dos, sentados en el muro de piedra con las piernas colgando y alimentando futuras varices. Los dos sentados, sin saber muy bien qué hacer, sin saber cómo pasar esa tarde de domingo tan anodina. Triste preludio de una nueva semana que empieza en ese mismo momento, cuando parece pararse el reloj en la mortecina hora de la nada, porque nada pasa. Tardes de domingo tan semejantes, tan duras, parecen anunciar el comienzo de nuevas tristezas, de cansancios nuevos, de más semanas sin esperanza. O nada de lo dicho, tan solo tristes y largos días acompañando los pardos otoños y grises inviernos con la sola ilusión, con la única ilusión, de ver pasar cuanto antes estas estaciones rotundas y poder ver el sol y sentir su calor. Los dos sentados en el muro de mampostería de piedra. Lorenzo empieza a agitar sus piernas de un lado para el otro y golpea una y otra vez las piernas de Isidro que al principio no se da cuenta de la provocación que le infiere. Pero solo