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Mostrando entradas de diciembre, 2014

SOBRE LA MARCHA: A lo mejor, la secretaria (Serie Metro)

Coleta arriba: Están de moda. Gafas de ver, grandes, de pasta negra. Falda negra extrema. Piernas cruzadas, sentada recta muy recta bordeando el precipicio hacia el suelo sucio de tanto zapato viajero. Pies embutidos en botas de invierno claras, apoyándose con los dedos y dejando los talones enfundados al aire. Ella seria muy seria. Con los auriculares puestos y de vez en cuando acompañando el ritmo, golpeando el suelo con la bota que le queda. Ahora la alterna con la otra bota golpeando el aire. Muy rítmica: salsa, rock. Parece más bien una chica de bacalao en tiempo de ocio y de boleros en su franja laboral. Se asusta y da un respingo casi imperceptible para cualquiera pero no para mí que la observo desde que entró en el vagón. Eso sí muy discreto y muy correcto. Nada que pudiera alterar en lo más mínimo su intimidad. Se asusta y da un respingo como si en ese momento se diera cuenta de que los melódicos ruidos provienen de sus auriculares pinchados en su móvil. Despreocupada de lo

SOBRE LA MARCHA: El fúlbol

Éramos cuatro en la clase. Diego, Arturo, Sebastián y yo. Éramos cuatro en la clase en ese momento porque casi llegábamos a la cuarentena cuando estábamos todos los alumnos. Pero en esa tarde de jueves estábamos los cuatro compañeros de, castigos permanentes y amigos de trastadas perpetuas. Como es de suponer ninguno tenía muchas ganas de estudiar. Aprendíamos lo justo como para mantenernos, que era poco más o menos la misma situación que le había oído yo a mi madre decir mil veces cuando hablaba de la comida que necesitaba ella para vivir. Aunque, cómo no, era una exagerada para los demás. para ella todos estábamos en el momento de pegar el estirón. Hasta mi padre. Pero él decía riéndose y si se le ponía a tiro con un pellizco en el culo de mi madre, que a su vez le ponía una cara y le daba un manotazo de pocos amigos, que el estirón se lo iba a dar él en la cama. Hacía una pausa, le guiñaba un ojo y terminaba, con una buena siesta. Mi madre le fulminaba con la mirada y nosotros no e