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Mostrando entradas de septiembre, 2011

SOBRE LA MARCHA: El dinero no tiene ningún significado para mí

Decir que el dinero no tiene ningún significado para mí es decir nada más que la verdad aunque a estas alturas con la que está cayendo resulte raro... La generosidad puesta de manifiesto en numerosas ocasiones le hacía a María competir directamente con todos los amigos que, por el contrario, pensaban que era lo que movía el mundo y añadían eso de dime lo que tienes en el banco y ya me contarás cómo te tratan o dime que te falta para comer y ya me contarás quién te invita o dime que este mes no te pagan el sueldo y ya me contarás de que coño comes... mira si no es importante. Sonia siempre se ponía en jarras cuando decía estas cosas mirando a la cara de María como retándola a que se defendiera. Y María permanecía en silencio y tranquila como si con ella no fuera la cosa y cuando Sonia, que era la más beligerante de todos los amigos, terminaba de expulsar todo lo que quería y solo entonces María se acercaba mucho a ella y le preguntaba casi en un susurro. ¿Y el resto de las cosas Son

SOBRE LA MARCHA: el zarpazo de la distancia

Hoy he sentido el zarpazo de la distancia más que nunca, dijo ella. Quería acariciarte y parece que lo que he conseguido ha sido romperte el corazón. Dijo él. Y la vida dónde crees que te deja, créete que en el escalón más bajo del reino animal dijo ella. Y él en unos segundos de meditación respondió. Posiblemente te haya herido gravemente, sin querer hacer daño, pero menos mal que no hay dolor que dure más allá del amor. Y ya se sabe que el amor lo cura y lo perdona todo. Y la falta de tacto de las poderosas uñas ha hecho el resto. Entonces ella aceptó esa, ahora caricia, llevándose la mano al pecho como para que no se cayera nada de aquel corazón roto o por lo menos que cayera lo menos posible y así poder empezar su reconstrucción...

SOBRE LA MARCHA: Lápices negros

Ya te lo digo yo. Mis recuerdos son humo a partir de la guerra. Me he preguntado cientos de veces a qué jugaba cuando niño, quienes eran mis amigos. Dónde estaba mi casa...todo son vagas ideas, vagas fotografías en negativo que pasan por mi cabeza confundiéndome. Llego solo a lo que pienso, no a lo que ha pasado, a lo que me cuentan otros, ni a cómo lo cuentan los historiadores. Solo llego a lo que pienso yo, a lo que viví muy niño, a las sensaciones que tuve y no voy más allá y veo en mis sueños o tal vez solo creo que es mi habitación y se me mezclan los colores. Pero lo que me ofrece la realidad son meras fotografías en blanco y negro que se van sucediendo con una cadencia tal que me lleva a no distinguir una habitación de otra, de un habitáculo a otro, sin orden, saltándose todas las regla del raciocinio y me cuesta saltar. Todo son escombros en mi cabeza. Todo se fue con la última bomba que dicen que cayó sobre Madrid y que fue a parar a nuestra casa y la destrozó como a todas la

SOBRE LA MARCHA: Ahora el café me lo tomo en vaso...

Empiezo a escribir lo que se supone que puede ser una carta, porque necesito expresarme de algún modo y no se me ocurre otra forma. Te vi en el centro comercial y ya no pude dejar de seguirte y va para diez años sin que sepas quién soy. Te veo en todos los sitios, me voy cuando sé que has llegado y que difícilmente vas a volver a salir. En todos estos años sé cómo te mueves, hasta cómo respiras: muchas cosas de ti. Tantas cosas, que no me ha hecho falta estar más cerca de lo que he estado, sin que tu lo hayas percibido, compartiendo tu espacio en una casa o las sábanas en tu cama o sencillamente una cena o una comida en casa de tu madre, que aunque sigue aquí la pobre está muy mayor y está bastante desmejorada, perdona que te lo diga así de esta manera tan cruel. Yo que tú, me la llevaría a un pueblo lejos de este Madrid, lleno de ruidos y polución, a una casa de esas rurales que ahora están tan de moda. No necesito llevarme más de lo que me he llevado sin que lo supieras, porque te

SOBRE LA MARCHA: Esto es así...

A mí siempre me han gustado las matemáticas decía Lola buscando la aceptación de su amiga Almu que había cursado sus estudios desde niña con ella, en la misma clase desde preescolar y que podía dar fe de que lo que decía era cierto. El grupo le había mirado con cara rara siempre que lo había mencionado de una u otra manera. Porque aunque la mayoría se conocían desde hacía tiempo no tanto como ella y Almu y había ciertas maneras y formas que no gustaban. La complicidad se ponía de manifiesto siempre y eso al resto del grupo no parecía sentarle especialmente bien. Claro está que una persona que confesaba tan abiertamente su afición por la matemáticas no podía estar demasiado bien de la cabeza, y en eso coincidían todos. Si no al contrario algún problema de esos tardíos, algún golpe en la niñez o en la adolescencia de esos que no se recuerdan hasta que el médico no te dice eso de no recuerda usted que se hubiera dado un golpe fuerte en la cabeza cuando niña...Sí, haz memoria y acuérdate

SOBRE LA MARCHA: A ritmo de sargento...

¡Marcando el paso! ¡Sobre el hombro armas! Gritos histéricos de personajes que solo servían para gritar. En el que su única meta consistía en humillar a personas que estaban muy por encima de ellos intelectualmente, pero que ellos tenían la razón de la fuerza...creo que nunca he hablado de la mili y tengo edad para hacerlo, muy de pasada, claro está, porque por ese mal trago pasé yo. Esa cosa que se hacía por cojones, porque había que servir a la patria y porque era obligatorio aunque tú no supieras bien qué era eso de la patria y los jueguecitos militares. Ni por qué ni para qué te mandaban allí cuando tú no querías ir, cuando odiabas todo lo referente a las armas. Allí íbamos todos, los listos y los tontos, aunque los más listos hacían las milicias universitarias...Allí estábamos los que no queríamos y los que todo aquello les parecía un mundo fantástico, ese tipo de personas que nunca habían salido de su entorno rural en algún sitio de lo más recóndito del país. Esa gente lo disfru

SOBRE LA MARCHA: No me jodas que encima tengo que leerme un libro...

No me lo ponen nada fácil. Yo quiero adelgazar o por lo menos quiero intentarlo pero como ya he dicho no me lo ponen nada fácil. El método ese que me habéis dicho, me lo habéis acompañado con un libro enorme, es monstruoso. Me da urticaria cogerlo, me decís que tengo que leerme ese pedazo de tomo y por ahí no paso. No me jodáis que encima de adelgazar tengo que leerme un libro. O es un libro que adelgaza, o que si no me lo leo me quedo como estoy...si ya los métodos, cualquiera de ellos, no me los creo, menos aún uno que me obligue encima a leer un libro. Qué pasa que es la biblia de los delgados o que pasas tantas horas atontolinado leyendo que se te olvida comer o cómo es eso...Francamente os digo no voy a desperdiciar ni cinco minutos de mi vida en leerlo ni ese, ni ninguno. Qué digo cinco, ni un segundo ¡qué rollo! aunque penséis que me merezco estar gordo toda mi vida pleno de ricas grasas y otros elementos malignos para la salud. Me auto proclamo gordo feliz... Y es que el c

SOBRE LA MARCHA: Descascarillado

Vaya, como quien no quiere la cosa, anda siempre de un lado a otro pateándose el pueblo de lado a lado, silbando la misma tonada una y otra vez sin variaciones sin musicalidad. Se rebusca nervioso en los bolsillos haciendo sonar la calderilla que tiene y ese sonido parece tranquilizarle y entonces se da cuenta de que ese ritmo podía muy fácil acompañar a su silbido favorito y emprende con mucho ánimo la misma canción pero esta vez con acompañamiento de la percusión de las monedas chocando unas con otras y parece que le da un aire más alegre. Y además también siente que sus piernas se aceleran también a ritmo y se entusiasma de tal manera que acaba corriendo por las calles con el consiguiente riesgo de que tropiece, se caiga y se ponga a llorar con tal sentimiento que sobre coge a todo el que le escucha. Pero pronto se cansa y deja de correr y de silbar aunque no de mover las dichosas monedas. Eso parece aliviar sus nervios más que la música que sale de sus labios apretados y entonces