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Mostrando entradas de octubre, 2013

SOBRELAMARCHA: Madrepepa

I Se había acostumbrado a que la llamaran así y así era como atendía siempre. Casina tráeme esto, o Casina tráeme aquello. O Casina cuando te levantes me acercas lo de más allá. Casina valía para todo o para casi todo pero no era reconocida por nadie y menos por su abuela. No, para su abuela era un perfecto desastre desde que nació hasta que ella murió. Nunca casina fue del agrado de la abuela. Casina ha venido con defecto que te lo digo yo que esta niña desde que nació no ha salido bien. Y la abuela la cogía por los brazos y la zarandeaba con más fuerza que las abuelas al uso, de eso estaba segura Casina. De tal manera que cuando la soltaba sentía un alivio que pronto se convirtió en un placer más para ella. Un placer inexplicable. Era capaz de aguantar el dolor por el placer de sentir el alivio de después. Y eso fue algo que le enseñó la abuela sin querer; a experimentar con el dolor y sus grados de aceptación, a sacar del sacrificio provecho y del dolor placer, pero sobre tod