SOBRE LA MARCHA: Adiós amor…

Estaba bastante claro que Alicia quería a Eloy pero este no la amaba como sin duda ella le amaba a él. Pensó que la amistad y el amor aún siendo dos palabras que empiezan por la primera letra del abecedario y en su segunda letra curiosamente también coincide: no tenían nada que ver. Difícil es saber cuál es la mejor o la más bonita o la que te gustaría disfrutar más, porque no es lo mismo. O por lo menos el pensaba así. Y la vida que juega con los sentimientos te obliga a elegir y te pone en un brete y te dice que si quieres amistad tendrás amor pero que al revés también funciona, y se partirá de risa viéndote sufrir...La verdad, pensó Eloy, que la palabra amigo dice más o prácticamente todo, abarca también el sentido del amor y no al revés. Aunque todo sería discutible si estos pensamientos los dejara caer en cualquiera de los lugares llenos de amigos. Pero él, lo defendería como si en una sola palabra se hubieran compendiado todos los argumentos y todos los sentidos de la vida. Amigo no es cualquiera, amigo es alguien importante con entidad propia, con peso específico y que puede aparecer en un momento determinado de la vida. Y sin embargo no le damos mayor importancia. A lo mejor ese amigo no lo habría sido si no hubiese vivido en el mismo vecindario o en el mismo pueblo, es posible, pero hay que dejar que la vida te sorprenda. Amigo tiene que ser algo que se elige, que te entre, no se sabe muy bien el por qué y sin pedirle permiso a nadie… Yo lo entiendo de otra manera, dijo Alicia y sin saber cuál era su sentido contó, o confesó, que la primera vez que me vio fue en un centro comercial y que no pudo dejar de seguirme y que así se tiró un año completo de julio a julio, con descansos, por supuesto, sin que yo me diera ni cuenta. Me desasosiega pensar que a algún perturbado de los que andan por el mundo le dé por algo parecido pero con consecuencias dramáticas. Pero no, hay que decir que eso es patrimonio de los americanos y que no es exportable. Aunque pienso que la maldad humana lo es. Ella me confesó que sabía perfectamente cómo era mi vida, como se desarrollaba habitualmente, como era mi plan de trabajo y dónde lo hacía y mi comida favorita y mi color favorito, bueno esto solo se lo imaginaba porque parecía, cosa que no me percaté ni yo mismo, que uso mucho el color azul. Pero ya digo que ni cuenta. Y menos mal que no es de las personas peligrosas o malas o dañinas. Que me quiso con locura desde la distancia y que cuando se atrevió a conocerme a dar el salto del anonimato a su presentación como amiga de una amiga mía, cosa que jamás comprobé porque hacía tiempo que no la veía, cuando se atrevió a conocerme digo y se me presentó de esa manera, me lo creí sin más. Ella decía quererme y yo a ella también pero no de la misma manera aunque no sabía cómo decírselo para que no se ofendiera, para que no desapareciera de mi vida como si esos meses de persecución y otro tanto de conocimiento no hubiera servido para nada. No, no era justo y valía darse una oportunidad. Los amigos no se compran en las tiendas y para encontrarlos, aunque no lo vayas buscando, es una tarea que no se puede programar. A sí que aquí me tienen tratando de explicarle a Alicia que la voy a querer como una amiga, como una buena amiga pero nada más. Que no se desgaste y que no pierda su tiempo en pensar continuamente en algo que no es alcanzable y lo siento por el daño que pudiera causarle pero mi pretensión es solo de amistad. Una amistad duradera basada en la más pura de las franquezas. Limpia y sana, sin ambages…

Comentarios

Publicar un comentario