SOBRE LA MARCHA: No me jodas que encima tengo que leerme un libro...

No me lo ponen nada fácil. Yo quiero adelgazar o por lo menos quiero intentarlo pero como ya he dicho no me lo ponen nada fácil. El método ese que me habéis dicho, me lo habéis acompañado con un libro enorme, es monstruoso. Me da urticaria cogerlo, me decís que tengo que leerme ese pedazo de tomo y por ahí no paso. No me jodáis que encima de adelgazar tengo que leerme un libro. O es un libro que adelgaza, o que si no me lo leo me quedo como estoy...si ya los métodos, cualquiera de ellos, no me los creo, menos aún uno que me obligue encima a leer un libro. Qué pasa que es la biblia de los delgados o que pasas tantas horas atontolinado leyendo que se te olvida comer o cómo es eso...Francamente os digo no voy a desperdiciar ni cinco minutos de mi vida en leerlo ni ese, ni ninguno. Qué digo cinco, ni un segundo ¡qué rollo! aunque penséis que me merezco estar gordo toda mi vida pleno de ricas grasas y otros elementos malignos para la salud. Me auto proclamo gordo feliz...

Y es que el chaval es así no hace tantos años que le conozco apenas cinco y no ha mejorado nada. Y así como ese pensamiento son muchos otros por no decir todos. Y es que me ponen muy nerviosa sus modos, sus modales, sus maneras, solo le salva que se vuelca como amigo lo que a lo mejor no lo hacen otros con mejores modos, modales y maneras. Pero a veces me gustaría abofetear su cara porque enfrentarme a él y decirle cosas ya lo hago y demasiado a menudo. A veces también me lo recriminan y es posible que tengan razón. Seguramente, me debería de retener un poco más, porque sabiendo como es, mis reacciones a lo mejor, hasta le ponen al chaval. Lo que no entiendo muchas veces es cómo su mujer puede aguantar a ese pedazo de carne con ojos que tiene como marido, pero ya se sabe lo que se suele decir al respecto sobre el amor...

Anoche en una fiesta se acercó a mí, digamos que para hacer un poco las paces, después de la tarde un tanto turbia que tuve, por no llamarle un enganchón en toda regla que le dejó un poco cortado. Aunque me dio algo de pena, soy así de tonta, no le ha venido del todo mal a ver si se corta un poco conmigo: Estoy un poco saturada de sus comentarios siempre patosos y sin ninguna gracia. Como digo se acercó a mí con un Martini en las manos y charlamos tal vez como nunca lo habíamos hecho: bueno tiene esas cosas y la verdad es que se lo agradecí porque no me encontraba nada bien. Eso es un detalle de amistad que yo valoro. Lo demás digamos que hago la vista gorda, con perdón para él. Pero de todas las maneras somos la noche y el día. Sus pensamientos nada tienen que ver ni de lejos con los míos odio a las personas machistas y él es un prototipo, sus ideas políticas no me tocan ni de lejos, y ahora encima me dice que le haga un resumen del libro y que se lo pase, eso sí, pero que no sea demasiado largo porque si no tampoco lo leerá. Todo un desastre. Y detrás o delante de todo este tinglado está su mujer que es una bendita, una buena mujer y una buena amiga, además de buena persona.

El fin de la historia llegará cuando haya perdido el primer gramo por la lectura del libro. Será para contarlo en todos los medios, pero mucho me temo que no mejorará nada. Así lo creo.

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