SOBRE LA MARCHA: Imagínate...pues no.

...Imagínate que mañana te viene el pivón ese que dices que tienes en tu oficina y del que todo el mundo tiene pensamientos excesivos y te dice que si encuentras mañana mismo un lugar y un juez, se casa contigo...

Rafa se quedó perplejo. Y de dónde te has sacado esa idea, tú que tienes un pensamiento tan lineal.
No sé, se me ha venido de pronto a la cabeza, me ha hecho gracia y te lo he dicho. No tendrá un doble significado no me estarás diciendo algo sin querer decírmelo del todo. Te has echado novia y quieres casarte.
Pues no.
Entonces es que estás más chalado de lo que yo pensaba y estás tan habituado a tus chifladuras que ya es que ni te das cuenta. ¿Me lo estás diciendo en serio? No te conozco.

Espera que me vienen más cosas.

...Imagínate que mañana te levantas y te faltan los dedos de la mano derecha. Y ni te duele ni nada. Como si tal cosa. No pongas esa cara hombre, solo te pido que lo imagines, es fácil, mañana te levantas de la cama y te encuentras que no tienes dedos y que en vez de desesperarte parece como si te faltaran de siempre y que funcionas como si hubieras nacido con esa falta.
Es decir que si me levanto sin los dedos y no empiezo a dar alaridos o no me desmayo, es que no es el primer día que me levanto así. Entonces qué es lo que me tengo que imaginar, el tener la mano como una pala o mi adaptación a la vida sin los dedos. Mira no te entiendo. Si soy así pues ya está. Acostumbrado estaré, no sé, digo yo...déjalo ya...

Espera y no seas impaciente que no he acabado de imaginarme.

...Imagínate que al coger el metro como todos los días y al subir al exterior te encuentras en medio de la selva y te llevas tal susto que cuando quieres retroceder para volver a coger el metro, este, se desintegra como si se lo tragara la tierra. Y tú aterrado empiezas a correr en cualquier dirección sintiendo que algo malo te va a pasar porque desconoces qué hay a tu alrededor.
Sí, eso es una gran putada...

Además.

...Imagínate que al despertarte de la siesta estás rodeado de todo lujo y que solo por el hecho de haber abierto los ojos tienes a una fila de criados dispuestos a complacerte en lo que les pidas.
Eso confieso que no me disgustaría.

Pero claro toda esa pasta está condicionada a que te cases con ese pivón que por cierto, se me había olvidado mencionarlo, es una tonta del culo. Aparte de soberbia. Pero al mismo tiempo ves que tienes que vivir el resto de tus días sin los dedos de tu mano. Y por último me queda lo del metro.
Mira, para y no me comas más el coco, que en la selva no se puede gastar uno tanta pasta. Entonces para qué la quiero. Además al pivón se la comerían los leones el primer día. En fin imagínate que te digo a todo que no.
Pues eso mismo hubiera dicho yo.
¿Entonces?
Pues eso que no se. Imagínatelo.

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