SOBRE LA MARCHA: Domingo maldito domingo

  
          
I

Los dos, sentados en el muro de piedra con las piernas colgando y alimentando futuras varices. Los dos sentados, sin saber muy bien qué hacer, sin saber cómo pasar esa tarde de domingo tan anodina. Triste preludio de una nueva semana que empieza en ese mismo momento, cuando parece pararse el reloj en la mortecina hora de la nada, porque nada pasa. Tardes de domingo tan semejantes, tan duras, parecen anunciar el comienzo de nuevas tristezas, de cansancios nuevos, de más semanas sin esperanza. O nada de lo dicho, tan solo tristes y largos días acompañando los pardos otoños y grises inviernos con la sola ilusión, con la única ilusión, de ver pasar cuanto antes estas estaciones rotundas y poder ver el sol y sentir su calor.

Los dos sentados en el muro de mampostería de piedra. Lorenzo empieza a agitar sus piernas de un lado para el otro y golpea una y otra vez las piernas de Isidro que al principio no se da cuenta de la provocación que le infiere. Pero solo pasan unos pocos segundos cuando él empieza a hacer lo mismo. La batalla de piernas ha comenzado y es ya un hecho tan evidente que termina cuando uno golpea desmedidamente al otro haciéndole chillar de dolor. "Joder tío en la espinilla duele". Y salta a la tierra para tocarse repetidamente y así tratar de aliviar el dolor. Isidro queda sentado mirándole y rompe ese momento con un sonoro eructo tomando carrerilla y lanzado como si hubiera tirado una piedra lo más lejos posible a lo que Lorenzo le responde con una carcajada tal, que se le afloja el culo y le sale un sonoro pedo inacabable cuanto más se ríe, lo que provoca la fiesta total en esos dos muchachos tan aburridos hasta hace un momento. Acaban medio agotados, con dolor de tripa y Lorenzo ya más relajado, se vuelve a sentar dando un salto mientras en su rostro quedan los restos de las carcajadas. Mira a Isidro y le empuja con el antebrazo y él lo encaja con la buena disposición del que sabe que le ha debido de doler la patada de hace un momento. Risas flojas, risas nerviosas, risas de adolescentes prematuros aburridos en una tarde de domingo cualquiera. Confían que pase algo fuera de su burbuja, que pase alguien para poder mirar y si puede ser y ya que se puede pedir que pase Nita que es la más guapa y a la que les gusta a los dos. Bueno Loren es más pequeño y no se fija demasiado pero admite que su hermano tiene buen gusto porque sí es guapa, pero vamos - para ti - le dice siempre a Isi. Sí, es muy guapa y le gusta mucho. La verdad es que Nita gusta a todos ellos. Es la que más veces ha sido la reina de las fiestas y eso por algo será. Es muy guapa desde luego y es fácil que todos miren a Nita como su novia y que no solo lo piensen si no que sean capaces de decirlo en voz alta. Señal que todavía en lo tocante a ese tema pueden seguir siendo todos ellos amigos. Aún no ha llegado el momento…

II

Vuelve la desolación, el momento divertido ha pasado como una exhalación. Nita no pasa, ni pasa nadie, ni pasa nada. Los otoños en el pueblo son duros pero los inviernos lo son mucho más. Hay días en los que no se puede salir de la casa y en que los autobuses de línea ni pasan. No hay vida en la calle, la gente no sale ni para ir a la iglesia. Bueno es que el cura tampoco puede subir, pero vamos que se hace largo muy largo excesivamente largo para todos pero para los adolescentes, los pocos que hay, cada estación, es toda una vida.

La adolescencia, la fantasía, las ganas de pasarlo bien aunque sea a su manera, hace que ahora sea Isi el que pegue un respingo y salte a la tierra mientras le informa a Loren que va a echarse un meo. Se baja la bragueta contra esas piedras que les asientan, a lo que Loren le dice que espere que él también quiere y ya no hay piedra a la que mojar si no que se hace una raya en el suelo y se ponen los dos pies pegados a la raya y a mear lo más lejos posible. Gana Loren a lo que Isi le responde con -gana el que eche el lapo más largo. Loren dice que ese es otro juego que la del meo la ha ganado él. Isi no tiene más remedio que aceptarlo porque se ha quedado, por mucho, demasiado corto y es que él ha meado sin ganas y se lo ha dicho. La próxima seguro que te gano pero tengo que beber mucho para que me salga con fuerza como siempre. - Anda ya que siempre te gano, - de eso nada siempre te gano yo a ti. Hace otra raya en el suelo una vez que ha alisado un poco el terreno con el empeine quitándole las impurezas para que la raya salga perfecta. Empiezo yo dice Isi. Adelanta el pie derecho rozando con la punta del zapato la raya hecha. Loren mira que todo esté correcto y le da la salida. Ya. E Isi echando el cuerpo hacia atrás. Curvando lo más posible la pierna izquierda, lanza aquello mientras que Loren lo persigue con la mirada y con el cuerpo para ver exactamente dónde cae y pone un palo a modo de referencia. Hacen la misma operación pero ahora cambiándose los papeles. Loren se arquea peor y tiene menos fuerza para la expulsión siempre ha sido así, desde que una afección pulmonar le tuvo en reposo durante los meses del invierno de hace ya tanto que ni él mismo se acuerda, pero que nunca se acabó de curar del todo y ahora era cuando mejor estaba. Por eso Isi siempre quiere jugar a eso porque sabe que le gana. No hace falta seguir la jugada ganador absoluto en esta prueba Isi y levanta las manos en plan campeón. A lo que Loren le responde que al meo ha ganado él e Isi le recuerda que lo último es lo que vale y Loren de eso nada todo vale y que si tú, que si yo, acaban revolcándose por el suelo agarrándose lo más fuerte que pueden. Porque todo lo hacen con mucho ímpetu como si les fuera la vida en ello y es que a ninguno le gusta perder. Se ríen no paran de reír, de chillar cuando uno le agarra al otro más fuerte y se empujan en el suelo y ruedan hasta que las fuerzas les fallan y acaban los dos agotados con las respiraciones tan rápidas que parece que se les va a salir el corazón del pecho y se quedan un rato mirando el cielo. - El primero que vea una cosa rara en el cielo gana - y Loren dice - veo moscas, y yo pero eso no vale no seas tramposo digo algo como un avión o un pájaro grande o algo que se mueva en el cielo que sea raro. Vale. y se quedan un tiempo como adormilados. y con las manos casi juntas. Se protegen, se quieren, se cuidan, siempre ha sido así desde que Loren enfermó y requirió cuidados por parte de todos. Especialmente de Isi...

III
Se levantan casi agotados y medio desnudos. Se ajustan la ropa y se sacuden con las manos todo lo que se les ha ido pegando: Las zapatillas llenas de tierra, el cuerpo lleno de pajas, del polvo de la tierra y no se sabe cuántas cosas más, que tendrán metido y que no saldrá bien, hasta que no se metan en la bañera, cuando su madre les diga chillando - chicos hora del baño – y se lancen los dos de la piedra dando un brinco y como siempre alguno de ellos gritará - a ver quien llega antes. Siempre juegan a ver quién es el mejor de cualquier cosa. Ellos lo pasan bien. Y su madre les dice que son campeones sobre todo en traer la ropa que traen que parece que han estado en la porquera al cuidado de los cerdos de la señora María, seguro que ganáis los dos a cualquiera de vuestros amigos. Incluso a los cerdos, gruñía delicadamente con una media sonrisa en los labios mientras hacía el comentario y les daba un cariñoso azote en el culo según pasaban por la puerta de la casa. Andad derechitos al baño cochinotes que venís como para no tocaros. A lo que Loren, siempre provocador, se giraba para darle un beso y ella lo rechazaba y le decía que cuando le reluciera la cara y el resto del cuerpo.

Se levantan casi agotados y medio desnudos. Se ajustan la ropa y se sacuden con las manos todo lo que se les ha ido pegando y vuelven a su antigua posición en las piedras cuando consideran estar suficientemente limpios, después de sacudirse toda la ropa con las manos tan negras, que lo dejan mucho más sucio, si ello es posible, en tan poca tela. Dan un salto hacia atrás y ponen el culo firme equilibrándose con las palmas de las manos al unísono. Pasan unos segundos sin decir nada y es como si volviera otra vez el domingo aburrido, la tarde abúlica, que durará lo que tarde en volver a ocurrírseles algo, o cuando pase algo. Ella ya no vendrá, piensan sin decirse nada. En todo caso no tardarán demasiado. La merienda llega pero antes se lían con una fila de hormigas y les montan, como expertos ingenieros, muy cuidadosamente, una autopista y se van tan contentos a disfrutar de su merienda. Engullen como niños hambrientos, los preadolescentes, la onza de chocolate y el trozo de pan, que hoy es lo que toca, como si se les fuera a quitar pero sigue el juego eterno de a ver quién se lo come primero y es el primero en salir y sentarse en la piedra y…

Domingos malditos domingos de la infancia y de la adolescencia recién estrenada, todavía de pantalón corto y de pan con chocolate. Largos domingos vespertinos con la canícula dando fuerte sobre las cabezas llenas de sueños, ilusiones, fantasías. Largos domingos vespertinos con el frío helador sobre esos verdugos de lana gruesa de color azul y que picaba como un demonio, pero tan llenos de sueños. de ilusiones y de fantasías. Domingos añorados por el paso del tiempo, atenuados por los buenos recuerdos. Qué pocos domingos quedaban así. Qué pocos domingos quedan.

Comentarios

  1. Como no puede haber comentarios a este relato tan delicioso que te retrotrae a la mejor etapa de la infancia. Aquella en la que se pasaban tardes aparentemente aburridas sin darse cuenta uno que iba a ser una de las mas felices de la vida por que la única preocupación es jugar con las hormigas o ver pasar tu amor platónico .
    Gracias por escribir también y tan nítido que haces que brotan emociones dormidas y acunes mi pensamiento de deliciosos momentos .Pero claro , sólo tú sabes hacerlo.

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  2. Tal como tú sueltas al papel la estela de vivencias envueltas en calidez y ternura , tal como tú describes la belleza de una tarde , un juego entre niños , o la espera de un amor primerizo .... igual quisiera yo cantar con esa misma expresividad y, al mismo tiempo , con la facilidad de lo que no cuesta sino que parece que fluye .¡Felicidades !

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  3. Protesto!!. No consiento que nadie hable mal de mi cochiquera. Mis cerdos relucen como los chorros del oro. Y en mi cochiquera se puede comer en el mismísimo suelo.

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  4. Los cerdos de la Señora María27 de julio de 2014, 12:33

    Suscribimos todo lo dicho por nuestra ama.

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  5. Los cerdos de la Señora María27 de julio de 2014, 12:34

    Suscribimos todo lo dicho por nuestra ama. Oinc, oinc.

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