SOBRE LA MARCHA: En pago de prenda, besé al abuelo
Tan
solo Levanté la vista un momento y vi a ese hombre sentado en la terraza de su
casa leyendo un libro apaciblemente. Ella aparece y le besa en los labios. Tal
vez un beso más largo de lo habitual en la despedida de me voy a la cama y
hasta mañana. Por eso tal vez me quedé observando esa terraza de la casa frente
a la mía, en el tercer piso o mejor dicho, en el segundo balcón desde el suelo
de la calle. Ella se da la vuelta y desaparece del escenario y él se queda mirándola
y pensando que lo que va quedando de su bonito cuerpo es el producto del paso de
la vida. Ella todavía se conserva bien, pero él está bastante peor que casi no
se puede ni mover. Donde cae se apalanca y no se menea, o lo tiene que pensar
mucho, por eso siempre antes de sentarse revisa que no se tenga que volver a
levantar en un largo rato. Por lo menos la necesidad de ese momento y bien
meado...Piensa que su libido la tiene por los suelos y que necesitaría una
buena inyección de hormonas o directamente una limpieza de sangre, si con eso
fuera suficiente para que se le arreglara y que no dudaría en pagarlo para que
se lo hicieran. No tiene mucha idea de asuntos médicos y siempre ha rechazado hablar
de esos asuntos desde que vio sin poder evitarlo la muerte de su abuelo en
aquella cama tan desmesura para él, tan niño por aquél entonces, pero esa
imagen tan tensa que se vive en esos momentos y lo que se escucha de los
mayores “respira con dificultad pero respira”. Y en un momento, en el que él precisamente
él y no su hermano mayor o su hermana mucho más mayor tenía que pagar una
prenda. Al pequeño, al que le tenían que ayudar para alcanzar la mejilla del
abuelo que estaba muy complicada de besar porque estaba como hundida toda la
cara en su pecho, a él, le toca la prenda del beso. Años después supe que no
era un capricho del enfermo que se vuelve arisco porque no quiere ser besado en
esas condiciones, como nos imaginábamos los tres, sino que entendí que la vida por
mucho que tomes los medicamentos y sigas estrictamente un tratamiento médico
estricto, al final, te conviertes en alma, que era lo que decía mamá cuando contestaba
a cualquiera de los hermanos tan asuntados por esa nuestra primera muerte en
casa. Tengo que decir que el beso al abuelo segundos antes de su muerte o estando
ya muerto cuando yo le llegué a besar, era el pago a una prenda que había
perdido y como castigo se me puso el ir a dar un beso al abuelo moribundo, cosa
que ya últimamente no nos dejaban hacer. A ninguno nos daba asco o rechazo el
besar al abuelo aunque sabíamos que estaba muy malito nunca supimos cuándo se
iba a morir en el caso de que se pudiera saber. Ni tan siquiera si se iba a
morir, pero me tocó a mí y nunca sabremos si le besé inmediatamente antes de
morir o segundos después de su muerte…Mis hermanos se estuvieron riendo de mí durante
largo tiempo, supongo que para quitarse ellos el miedo, o lo que me pareció a
mi excesivo e incluso daban supuestas arcadas recordándolo y me hacían de
rabiar diciéndomelo en voz alta, cosa que a mí me molestaba mucho “has besado a
un muerto, se te van a pudrir los labios. Has besado a un muerto, se te va
pudrir la lengua. Has besado a un muerto, se te van a caer los dientes” y encima
con soniquete como las tablas de multiplicar en el colegio. Soniquete que se me
quedó tan grabado que se me olvidaron las tablas y cuando tenía que cantar los
números siempre me venía lo de "has besado a"...me martilleaba sobre todo a
la hora de dormir y me quedaba eternamente despierto o me hinchaba a llorar y a
llorar de pánico que me entraba de verme en aquél estado en el que aseguraban cómo
me iba a quedar por haber besado a mi abuelo recién muerto. Y no había momento
del día que no apareciera frente a algún espejo observando el deterioro a que
se me había condenado. Claro está que a ninguno de ellos se le ocurría decirlo
con un tono de voz tan alto que lo pudiera oír ningún adulto porque la azotaina
estaba asegurada. A lo largo del tiempo y en nuestra edad adulta y cuando nos reunimos
todos los que vamos quedando y las nuevas incorporaciones, lo seguimos
recordando y se siente un orgullo tal vez desarrollado donde se guardan los
buenos recuerdo: desde la tontería de las arcadas hasta por haber sido el
último que le besó en vida o el primero que le besó en su muerte. Todos los
años brindamos por él y todos los años recordamos esta anécdota que revelo
ahora ante todos…
deliciosa anécdota que un adulto vivió en su infancia . (Algo similar me pasó a mí ) . Muy acertadamente queda de manifiesto la crueldad de los niños que aprovechan la ingenuidad de los mas pequeños para enarbolar su bandera de ir por delante en la vida.
ResponderEliminarMe parece que sabes observar lo humano , el interior de cada persona que pasa en tu vida . Otras no las has conocido pero las intuyes que parece que son de esas personas que te han dejado huella y casi podemos sentir el halo de cada sentimiento ,
Me encanta como recuperas de forma tan animada , real y divertida las andazas de la infancia.
Gracias.
Yo, que no soy abuelo pero que por mi edad bien pudiera serlo, en una ocasión fui protagonista principal del pago de una prenda en un caso exactamente igual al del relato. El caso es que sabía que me iban a besar y justo en el momento en que se iba a producir el ósculo abrí los ojos y enseñando los dientes, que aún conservo en su totalidad menos uno, le pegué un grito desgarrador al pobre muchacho que empezó a correr como liebre delante de galgo. Creo que después de los años aún sigue corriendo. Y es que los que hemos nacido cabroncetes lo seremos hasta el final.
ResponderEliminarla dualidad de la vida hace que disfrutemos con las cosas buenas que nos ofrece : la música , la amistad , el ocio , el sexo , la familia... pero ,al mismo tiempo soportemos la espada del paso del tiempo con lo que ello significa. El reto de cada persona es aceptarlo con la mayor naturalidad posible y aprovechar cada día de todo lo bueno desechando lo negativo. Todo esto es muy sabido pero ,amenudo , olvidamos ponerlo en práctica.
ResponderEliminarYo ,por ejemplo , procuro disfrutar de tu amistad siempre que puedo que no es tanto como quisiera.
Bravo por tu relato tan humano y apegado a nuestras vivencias .
¿No creéis queridos lectores que estos relatos son un soplo de aire fresco , una vuelta a la autenticidad ,un retorno a las raíces familiares ,un regreso a sensaciones de la infancia ya pasada ....... en contraposición a lo que impera en estos tiempos , ni mejores ni peores , pero que dejan paso a una tecnología informática que hace todo mas estático , mas frío y demasiado "globalizado" todo ?
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