SOBRE LA MARCHA: Por hablar cuando no se debe a quién no se debe
Correspondió a su intensa mirada con una gran sonrisa. Era la primera vez que una mujer le obsequiaba con una enorme gracia llena de pulidos dientes blancos y grandes. Nunca había sido fácil para él el sexo femenino y ahora a punto de cumplir los cuarenta y demasiados, como decía a todo aquél que le preguntaba su edad, sentía dentro de sí como que algo se estaba acabando y su preocupación era, que lo hacía a pasos agigantados. Era el momento de hacer el último esfuerzo para conseguir conquistar a una mujer, para que lo que le quedara de vida la pudiera compartir con alguien, y no como hasta ahora. Durante unos cuantos meses se dedicó a recopilar información, a leer libros de autoayuda y lo que él llamaba libros de experiencias ajenas: tardó en confesarlo y cuando se decidió, lo hizo a quien no debía. Lo de experiencias ajenas no era más que un eufemismo: libros de amor, novelas de amor, cantidad de acepciones para decir lo mismo, eso sí siempre o en su mayoría de grandes autoras. Siem...