SOBRE LA MARCHA: Llueve


Llueve. Es un día asquerosamente lluvioso. Los cristales de casa lagrimean y no dejan ver con nitidez la calle, por otro lado vacía de personas. Solo coches que dejan el reguero de agua a su paso empapando aceras y a algún despistado viandante. La luz artificial, como si fuera de noche, como si ya hubiera oscurecido por el ciclo natural, se ha hecho dueña del día: Luces de coches, de farolas del ayuntamiento, exceso de luces en los escaparates. Un desastre de día...Me sustraigo de esta realidad que me deprime y me concentro en la lectura de la prensa digital: Dylan Thomas protagonista hoy de la página cultural. Me devuelve como un boomerang al día de hoy, de lluvia, de gris, de Gales. Me he visto allí, en su Gales natal, empapado de agua en cualquier calle perdida sin un alma, todo vacío. Dylan Thomas desaparecido, nadie en esas calles. Todo el mundo desaparecido. y me llega una sensación de angustia.
Este día iba a ser un día especial y entiendo que todo lo que se espera con ansia, la vida te lo redistribuye como una gran gestora, que hace lo que considera mejor para la gran empresa que es la vida, se adueña de todo lo ajeno, lo fagocita. Una gran maga de los sentimientos de los demás, que juega a esconder y a sorprender, sacando de su chistera del tiempo, conejos o palomas inexistentes. Jugando con los días como si no fuera lo más importante de los seres vivos. Lleva todo el día lloviendo sin parar. La humedad cala y en los huesos se nota más. Recuerdo aquellas sábanas tan frías y húmedas. Quiero volver al calor a los días de sol brillantes. A ver oscurecer tarde, muy tarde, a dudar si decir buenas noches a las diez con tanta claridad todavía. Cuando el ocaso lucha denodadamente por deshacerse de tanta luz perturbadora, y pienso que a esa misma hora en primavera y en verano  no se dice la diez de la noche. Es la luz, es el calor, es el olor, son los ruidos de los chavales en el parque y las reuniones de los padres entorno a un banco del ayuntamiento. Cuidando de los niños de aquella manera, despreocupados, echándoles un vistazo de vez en cuando y atendiendo sus quejas o su sed o su hambre. Son las terrazas tan llenas de gente, tan llenas de vasos, tan llenas de cerveza, tan llenas de vida. Es la algarabía de la vida cuando los animales se emplean a fondo para continuar la especie y las personas beben para olvidarse de sus congéneres. El fracaso de la inteligencia sobre la sabiduría natural, como si esta especie se hubiera pasado de rosca y casi nada valiera ya en su estado natural. Hemos llegado a la simplificación de lo absurdo a través de nuestras propias contradicciones fruto de nuestras complejidades, haciendo de la vida lo más complicado. Con lo fácil que es vivir donde tan difícil es nacer para unos, como sobrevivir para otros, como morir con dignidad para todos. Y no son los avances tecnológicos los culpables, que en teoría ayudan a simplificarnos la vida, a nacer y a morir con la dignidad de cualquier ser vivo sin manipulación.
Vaya Ramón hoy estás espeso, me digo en voz alta y me quedo mirando el punto negro que me ha salido en la mejilla y que nunca he conseguido apretar lo suficiente como para poder quitármelo. Y sonrío de la contradicción de mi cabeza que hace tan solo un segundo parecía tratar de explicarse algo trascendental y que ahora en un absceso de cordura vuelve a la realidad de las cosas: La lluvia de hoy y mi punto negro. El caso es escapar...

Comentarios

  1. Hoy me ha gustado especialmente lo que escribes .No por lo que cuentas sino por cómo lo cuentas o,mas bién cómo lo transmites . Me cala la atmósfera que describes , como si lo estuviera viendo . Escribes con energía , vivacidad , calidez y eso me gusta porque me reconforta . .
    Yo también prefiero los días soleados pero el truco esta en la diversidad de días y momentos para que no haya monotonía y uno no se acostumbre siempre a lo mismo y añore lo diferente.. Además siempre hay momentos que guardan su encanto . Por ejemplo , Londres sin niebla es un poco soso y Navidad sin luces ,en un Madrid frío , ajetreado y bullicioso con olor a puetos de castañas y sonido de villancicos ...no es nada.
    Gracias por regalar momentos tan bonitos para reflexionar sobre todo que la vida esta hecha de pequeñas cosas.

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  2. En marzo del 2010 escribiste "Dejé de querer " . Son de esos relatos que te estremecen al reconocer en el ser humano lo mas bonito que poseemos ,: la capacidad de amar . Derrocha ternura y amor en una dimensión que la palabra no alcanza a describir , solo a sentir ...

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