SOBRE LA MARCHA: Naftalina (Serie metro)
Olía a naftalina. No sabía de dónde venía ese olor tan intenso, pero me sorprendió desagradablemente porque tan solo había recorrido el metro dos estaciones desde que entré en el vagón y me había llamado la atención precisamente lo bien que olía. Y en un momento como si no tuviera derecho a disfrutar de alguna buena sensación me llegó el tufo a naftalina. El verano todavía no se había acabado pese a toda la carga impertinentemente emocional, desconsideradamente emotiva, desproporcionadamente delirante, que los periodistas de los medios audiovisuales, en televisión y en radio, pero más intensamente en este último medio, lanzaban amenazantes. No paraban de indicarnos el comienzo de la nueva temporada para todos ellos. Con un alto grado de excitación supuestamente contagiosa para los oyentes: programas reconducidos, nuevas secciones, cambios de personal, colaboradores nuevos expertos en cualquier tema y temáticas innovadoras. Tratando de hacer más énfasis en los problemas sociales y apar...