SOBRE LA MARCHA: La posibilidad de escribir
Estuvo toda
la tarde del domingo sin salir para ponerse a escribir...
Sí pues
claro que todo está bien. Como no puede ser de otra manera. Es una pregunta muy
tonta que todo el mundo hace para que la contestación tampoco sea para
pensársela. ¿Todo bien? pues sí todo bien, eso sí, sin detalles.
Estuvo toda
la tarde del domingo sin salir y le habían ofrecido buen plan pero él no quería
perder esas ganas de escribir que le habían entrado y que tan pocas veces le
visitaba y era una posibilidad de dedicarse a lo que más le gustaba en el
mundo. Se tiró toda la tarde frente al ordenador para escribir unas cuantas
frases que no sujetaban ningún argumento solo trataba de definir algo distinto
o solo aclarar su cabeza un tanto liosa. Él, que se había hinchado a leer
biografías de todos los escritores que caían en sus manos, no descartó la idea
de que en su cabeza se guardara alguna similitud con esa clase de
escritores melancólicos, tristes, siempre con ganas de no estar y que sin duda
debían de ser de una piel especial. Pero sobre todo los escritores del siglo
diecinueve. El romanticismo atormentando esas pobres cabezas que les destruía
de tal manera que provocaba quitarse de en medio a las primeras de cambio, como
si en ese momento quisieran aplacar su trágico dolor.
Siempre
había tenido ideas distintas ante las cosas o por lo menos esa era la sensación
que a veces le atormentaba y que la gente de su alrededor que le conocía bien y
le quería decía que era un tipo especial, y las que no, añadían lo de tal vez
demasiado...Bajó a refrescarse con una cerveza que le estaba apeteciendo antes
de volver a sentarse en el ordenador o tal vez lo dejara para más tarde y
puso en cursiva como siempre lo había leído así.
Empezó mal el día cuando no tardó mucho tiempo desde que se puso a
escribir hasta bajar a refrescarse con una cerveza y a picotear algo, porque
una debilidad le mantuvo ausente de su escritura durante el tiempo justo como
para perder el hilo de la trama. No lo pensó dos veces y dio prioridad a sus
tripas y a su sed sin conformarse con una sola cerveza. Cayeron unas cuantas y
también cayeron las ganas de subir para seguir trabajando. No así la sed. Buscó
la manera de continuar con su delirante parloteo con Paco por ver si eso
le despejaba un poco y le ayudaba a encontrar la manera de volver a
meterle mano a su historia. Sabía que estaba en cualquier sitio dentro de su
cabeza empapada de alcohol y que podría aflorar levantando la botella justo
nadando en el surco de la marca de agua, como ya le había pasado en alguna que
otra ocasión. Pensaba que las historias no se inventaban o no salían de la nada
sino que estaban escondidas y que cada escritor era libre de elegir entre todas
ellas. Trabajaba lo que su cuerpo o su mente le permitía y trataba de que una
frase enlazara con la otra para poder llegar a encontrar el filón de todas las
palabras, de todas las frases que constituían una historia. Sabía que existía
todo aquello, pero no era capaz de encontrarlo…Se sentó en una de las mesas del
bar para no dar un traspiés que le llevara al suelo y leyó en voz alta un papel
que alguien se había dejado olvidado encima de la mesa y que estaba pegado y
con la letra corrida del agua. Lo levantó con el cuidado que una persona en ese
estado de lucidez alcohólica tiene: casi excesiva. Se ajustó las gafas y trató
de leer con una sonrisa en los labios por el esfuerzo en aquella tinta corrida
que junto al de sus ojos parecían la perfecta conjunción para ajustar sus
pupilas en aquello con una nitidez como hacía tiempo no conseguía...leyó en voz
alta y los cuatro parroquianos que había en ese momento dejaron de hablar para
atender a lo que estaba leyendo.
"Necesito tu voz cada mañana. Necesito la
frescura de tu risa cada día. Y como espera la mañana a que la noche
muera, así muero cada noche que te pierdo, que no estás conmigo, que no te
tengo. Y abrazo a la nada en tu imagen y desapareces como por ensueño. Tu voz y
tu risa alegra y refresca cualquier día caluroso y atempera las noches frías
del invierno gris. Esto no puede ser un sueño amada mía que me arranque de ti
un maldito despertar...no puedo pensar un día sin ti. No puede pensar una vida
sin ti. Todo amor reconoce, todo amor enamora, el amor es locura, el amor lo
deja todo para quedarse con todo, es cruel y embriagador, es insensato y
severo, es celoso, es generoso, lo abarca todo y no aprieta nada, pero lo ocupa
todo. Estoy contigo y sin ti. Quiero besarte fuerte como me besas tú a
veces, solo a veces, apretando los labios a los míos, tan fuerte, que hasta el
amor se sorprenda con un hilo de sangre. A veces mis ojos no ven con claridad.
A veces mis ojos miran con miedo el futuro. A veces te noto rara, como distinta
y a veces distante. No hablas, no dices y necesito escucharte, oírte. La
inseguridad es locura. El amor ama hasta el fin de los tiempos. Y el tiempo nos
ofrece solo tiempo, su bien más preciado, un bien para utilizar. Y su paso nos
desconcierta y nos llena de tristeza porque nada cambia por sí solo. Tal vez
una ayuda. Tal vez solo un suspiro de semanas en un sueño largo y confortador.
Tal vez una pequeña ayuda de la vida capaz de llenar nuestro corazón de alegría
y de paz. Pero la diosa del amor está ocupada o tirada en cualquier sitio
descansando de tanto amar, tratando de olvidar los amores que podrían haber
sido y que nunca fueron. Con la tristeza del saberse perdedor, aunque solo sea
en algunas ocasiones...
Sé que no estás, pero estás, como diría la letra
de una ranchera que a ti tanto te gustan y cuido de nuestro tesoro. La guerra
entre mi familia y la tuya, la maldita guerra que nos asola, que destruye
cuanto se cruza en su camino y nosotros abocados a una dura y larga batalla que
nos obliga a no flaquear. Maldigo la batalla, la lucha que nos enajena, lo
maldigo"...Sergio
Levantó la cabeza y al no oír ningún ruido de nadie, ni una
respiración, ni un leve levantamiento de vaso, copa, botella, trago, tos, nada,
pensó que se había trasportado a su estudio sin saber cómo lo había hecho. Con
las máquinas tragaperras sin actividad como si el bar se hubiera cerrado en el
mismo momento en el que se puso a leer...¡Joder Paco! hacía años que no leía
algo tan, tan, tan...dame otra cerveza a ver si soy capaz de decir lo que me
parece esto. De momento solo se me ocurre decir que pobrecillo el tal
Sergio que mal lo estará pasando, pero poca cosa más. ¿Paco te has fijado en
los jóvenes que había aquí antes? Paco que desde que se había sentado en la
silla su cliente se había quedado mucho más tranquilo al ver que por lo menos
si se caía, el golpe no iba a ser inminente y tan rotundo como desde el
taburete, se lio con sus cosas de la barra carraspeando como si no hubiera
escuchado la carta de amor, ni le hubiera provocado cierta añoranza. Hacía
muchos años que ese palo no lo tocaba desde que murió su mujer. Era todo cuerpo
y alma para su bar
Tal vez no era lo que estaba buscando. Masculló y trató de decir unas
frases en clave romántico, pero estaba seco de romanticismo si es que
alguna vez lo había sido. No era lo que buscaba pero tampoco deseaba, historias
de medio pelo: historias de buenos y malos o de macarras y poli o de políticos
corruptos o enfermos sexuales en el seno de la iglesia. Pero vamos a él nunca
se le hubiera ocurrido emplear ese vocabulario como del siglo diecinueve con
una historia de amor. ¡Ni de coña! Tal vez unas cuantas cervezas más le podrían
dar la luz de la que carecía en aquél momento. Todo eran encerronas que se
hacía a sí mismo para no estar mucho tiempo escribiendo de lo que no le
interesaba tan solo para encontrar lo que deseaba. Vio una imagen en el
periódico que quedaba en la esquina de la mesa y en el que asomaba la cara de
una niña libanesa en un autobús como azulado con más mierda que dios talento y
con destino ni se sabía dónde porque no lo ponía y le atrajo. Esos ojos le
atrajeron o le llamaron o le suplicaron que no dejara de mirarla, que no se
perdiera en la historia romántica que ella también había oído por la proximidad
de su foto a la voz que lo leía. Que se centrara en contar su historia, mi
historia. Cuéntale a Paco y a los demás lo que estás viendo. Venga haz un
esfuerzo. Como hipnotizado por esos ojos volvió a reclamar la atención de los
parroquianos que no se habían todavía repuesto de la primera historia…
Y ahora, y tus ojos niña, tan negros, tan
asustados. Y tu nariz tan pequeña en tu cara de niña...y tus labios tan
sellados como están en la foto, tan callados, como unos labios de niña nunca
deben estar. Y el cristal que nos separa me obliga a entornar los ojos para
verte mejor. Y el cristal roto y pegado con cinta americana, qué gran paradoja
lo americano que destruye y repara, todo se repara con algo americano, esos que
todo lo rompen para volver a reconstruirlo ayudando siempre al fuerte sobre el
débil porque dura menos la resistencia y es más rápida la reconstrucción. Un
pañuelo en el pelo delata lo que espiritualmente eres y aunque occidente lo
respeta lo justo, no lo da a conocer y el desconocimiento es la madre de la
ignorancia y con ella la beligerancia...Tres falanges asomas y apoyas en el
cristal, y el dedo índice está hacia arriba como señalando el número uno. Una
cortina de las que ya no se llevan en los autocares de color azul cuelga semi
abierta. La lluvia ha salpicado el cristal, pero levemente y ha dejado un
rastro de suciedad en el rostro de la niña limpia. Son huellas o heridas del
sufrimiento del pueblo que mira a occidente con la cara de petición de ayuda a
través de los ojos de la niña. De tus ojos niña.
Otro silencio más espeso. Tanto como su boca. Pensaba que no era nada de lo que estaba buscando. Acaso dudó si había algo para él en alguna parte de su cerebro. Tal vez estaba tratando de buscar pepitas de oro en el río manzanares y tal y como se le vino a la cabeza, con tanto peso, tan duro, tan despiadado, golpeando la mesa aunque salvando la botella que empezó a bailar se levantó trastabillando y subió a su estudio. Cerró con estrépito el ordenador sin salvar lo que había escrito y sin poner su continuaré.
Fascinante. Me ha gustado mucho. Diferentes lenguajes, como si el escritor se desdoblase en diferentes personalidades. Relata la búsqueda de inspiración del protagonista , y que sin embargo, es el escritor el que hace alarde de inteligencia y destreza para contar las dos historias de gran intensidad, una de amor, otra de ella existencia dificil del ser humano. Un juego del creación en el que el escritor se desentiende de sus personajes.
ResponderEliminar