SOBRE LA MARCHA: Tulipan
¡Si
es que eres un auténtico tulipán!...y me volví. Sí, lo siento, pero me volví. Hice
el mayor de los giros posibles con el cuidado cuando se va andando para no
caerte. Con el tacón izquierdo, la almohadilla de los dedillos del derecho y
giraaaaaado. Como recreándome en ese placer de saber que vas a encontrar lo
deseado. Cada vez que lo pienso creo que me salió a cámara lenta. Me giré todo
yo. Me lo hice con la cara y el cuerpo y sonriendo…Me di cuenta tarde de que no
era a mí. Y sonreí. Supongo que fue una sonrisa que se fue helando conforme las
décimas de segundo transcurrían y yo empezaba a ser consciente de la tremenda
metedura de pata a la que me iba a someter yo solito. Una sonrisa llena de
matices en tan solo unos pocos segundos, lo que va de la gloria al más absoluto
de los fracasos: desbordada y luminosa, helada llegando a gélida y avergonzada
y humillante. Y pensé a posteriori, aunque hubiera sido para mí, cómo tengo los
egos de girarme ante un piropo. Coño con lo crítico que soy para esas cosas.
Fueron décimas de segundo en el que no coordinas bien. Tu cabeza va por un lado
pensando en lo que sea que pensara en ese momento; y tu cuerpo por otro, como
si no perteneciese a ti. Tus pensamientos girando en la cabeza. Los oídos taponados
por los pensamientos y sin haberme colocado todavía el ipod que si no hubiera
sido la sordera total y en este caso la salvación, y la vista al suelo o a un
horizonte indefinido y como el idiota que estoy hecho, entre lo que oí, la
gracia que me hizo, la tontería de no controlar el medio, ahí estaba yo vuelto
del todo, sonriente, delante de la mesa de donde había salido esa flor y
buscando con la mirada a la dueña de la voz. A la dueña de ese piropo o requiebro
o lo que fuera, que me había subyugado en el momento de oírlo y destrozado de
la vergüenza, dejándome en el mayor de los ridículos posibles. Que sí, que no
iba conmigo y me volví como si aquel requiebro de labios femeninos fuera para
mí. Nunca y digo nunca, me han gustado los piropos o requiebros, es más,
siempre me han parecido insultantes y agresivos para la mujer, por muy
agradables o simpáticos que sean pero me han parecido siempre un quebranto
hacia las personas. Así pienso. De esta manera y no de otra. Es más, puede
llegar a ser insultante dependiendo de en qué condiciones...lo pienso y lo digo
pese a que me he encontrado mujeres que me han oído que no están de acuerdo. Yo
lo llamo agresión en toda regla...me volví a ver a la dueña del piropo a la
dueña de esa voz y fue algo instantáneo ella cruzo la mirada conmigo en
principio no entendiendo porque me volvía pero esa sensación le duró décimas de
segundo lo que tardó en darse cuenta de su frase y de mi giro. Y rió, rió a
carcajadas y yo me sonreí y me sonrosé...¡tulipán!
¡ Qué gracia ! Qué desparpajo ! ¡ Que insólita indefensión ante lo que es sólo un alago ! ¡ Que fascinante indefensión ante el piropo que se evapora ante la evidencia de no ser elegidos ! ¡ Y por último , qué ingenuidad e inocencia al recibir afecto que no esperamos ! Es esa sensación agradable de gustar a los demás y aportar un bienestar con nuestra presencia . Todas estas cosas las reconozco y las descubres nuevamente en nosotros para deleite en tu relato . !Cuànta frescura !
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