SOBRE LA MARCHA: El Funeral
Jacinto Contreras cumplía los años el mismo día de su muerte. Y por más que le doliera los cumplía año tras año, sucesivamente, como todo el mundo, con la cansina cadencia de doce meses por año. Aunque él durante setenta y nueve veces más, hasta que la vida se aburrió y dijo basta, como acostumbra la vida a decir desde siempre. Era un faltón, insolente y deslenguado. Se pitorreaba con tanto descaro de sus paisanos, que muchos dejaron de hablarle por no sentir la vergüenza de verse acribillados por su verbo agudo en el momento más inoportuno y, sin embargo, no poder arrearle un buen golpe en esa bocaza que era lo que se merecía. Pero la ponzoña que alguna mala gente escupe a la buena gente y hiere tanto, que a veces es capaz de quedarse impregnada durante años. Y el tiempo no logra hacer olvidar ni perdonar. Y se quedaban con las ganas de arrearle y con la hiel en la boca. Alguno más harto era capaz de murmurar entre dientes la sin razón de la media hostia del tío ese y los más déb...