SOBRE LA MARCHA: El banco
Hace algo más de un año, recordaba Alex, estaba
en este mismo lugar. Después de un rato largo paseando desde casa me encontré
con ese lugar. Con frío, con mucho frío. Era un día festivo y no apetecía nada
descansar en cualquiera de los bancos del parque, por otra parte tan solitario
como ahora mismo. No recordaba estar cansado sino el tener unas ganas locas de buscar
un lugar donde poder hacerlo. Hoy sí, hoy solo estoy buscando un banco donde
sentarme. Se nota que es la hora de comer porque están todos vacíos así que
ahora tengo que elegir entre el sol y la sombra, y miro al cielo para saber
dónde está el sol y orientarme hacia donde se va a ir moviendo para que el
asiento siga en sombra por lo menos la media hora que le calculo hasta que continúe
la ruta que me he marcado para hoy. Miro si está sucio o el limpio, las
pintadas de los adolescentes que van a pasar allí largas horas de risas y
botellón, de proyectos, de besos imperfectos de novios torpes e inexpertos. De
sueños que parecen grabados a fuego horadados por algo con filo, con un
bolígrafo, con la punta de la hebilla del pantalón en la madera. Corazones con
la flecha atravesada y las iniciales de esas parejas llenas de sueños. Tal vez
los hijos se sentarían en esos mismos bancos y grabarían también las suyas,
todo quedaría para el recuerdo de esos sueños no consumados.
Me siento y recuerdo aquel mismo sitio pero
el pasado año. Trataba de esconderme de miradas indiscretas para poder mear
tranquilo. Hacía frío eso lo recuerdo y por eso esas ganas tan acuciantes de
vaciar la vejiga a punto de reventar. Y eso que había salido meado de casa.
Mirando una y mil veces alrededor a ver si los ojos de alguien detrás de unas
ventanas de un edificio alto y pardo, que disimulada y gratuitamente se
disponía a ver el espectáculo después de asomarse a la ventana y ver las
maniobras de un tipo buscando no sé que en un parque vacío y con un frío que
pelaba. Parecía tratar de esconderse de alguien porque no paraba de mirar hacia
adelante, hacia atrás a los lados, a todos los sitios y como muy nervioso, ¿Estaría
tratando de esconder algo?... ¿Quieres venir a comer que estamos todos sentados
esperándote? Espera un poco mamá que ahora voy. ¿No estarás fumando? No mamá
Mira no me engañes que tienes la ventana abierta que estoy oyendo el ruido de
la calle. Que no, que no, no seas pesada y empezad a comer que ahora voy yo. ¿Mira
que voy? Pues ven y verás lo que yo estoy viendo…una simple frase y todos se
levantan rápidamente y van a la habitación a ver que es lo que pasa. Alex mira
a todos los sitios se pasa un buen rato buscando el lugar más discreto para no
ser visto. Y esos ojos ahora multiplicados, desde esa atalaya, pasándoselo en
grande por la inevitabilidad del ser visto en cualquier momento desde cualquier
sitio. O tal vez comprobando la parábola, la velocidad y la cantidad de tanta
desesperación. O simplemente por comprobar si era esa necesidad o alguna
ocultación de algo que una vez enterrado bajarían con el perro a ver qué es lo
que era lo que había escondido. Todo se producía delante de esos ojos
invasores, de esos ojos sin nombre en un parque un día que paseaba Alex por
allí y solo quería hacer pis…
Me deslizo con la mente por el parque que tu has pintado , me recreo en sus habitantes imaginarios , , los adolescentes que ,reunidos , derrochan sus sueños de presente y futuro , la soledad de los árboles y los bancos vacíos , Dejo que mi mente se impregne en sensaciones de frescor , de frío , de humedad , de olor a hojas y hierba del parque ...................................
ResponderEliminarY aparece Alex en la escena , como un común de los mortales dispuesto a realizar un acción natural del común de los mortales y lo convierte todo en algo real , natural como la vida misma...............
Gracias por este regalo de domingo .
Alex.... mamonazo!!
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