SOBRE LA MARCHA: La terraza
Llevo viendo unos días la persiana de la terraza de la vivienda del quinto del edificio de enfrente, a medio bajar o a medio subir según se mire. Y francamente no me da buena espina. Y no es que conozca de nada a la anciana que vive allí, tan solo con el buen tiempo sale a dar una vuelta por la terraza de dos por tres, pero cada año de los que llevo, ha hecho la misma operación. A golpe de vista está tan vacía de plantas y flores como la mía: Imagino que pensará como yo: menos que cuidar y menos de qué ocuparse. Me lo recriminan por la sensación de aridez, de abandono que parece que da su falta y no lo discuto, pero sé que no me voy a ocupar de su cuidado y desafortunadamente no me ha dado por hablar con ellas, que siempre sería un consuelo, tanto como los que hablan con sus mascotas y dicen que parece que les entienden y que no les sorprendería si se echaran a hablar, cosa que podrían hacer en cualquier momento… Con el buen tiempo, veía salir a la anciana. Abría la puerta de ...